Descripción de la ruta:
Aparcamos en el siguiente
aparcamiento que hay después de Canto Cochino, el cielo estaba cubierto y las
previsiones daban algo de lluvia y poco viento, nos ponemos en marcha siguiendo
la pista a la vera del rio, que se ve y se oye pleno de fuerza, a la altura del
Prado de las Zorras abandonamos la pista principal para acercarnos por un
sendero a ver la famosa Charca Verde, hoy con el buen caudal también se la ve
rebosante, continuamos hacia el norte para retomar la pista, convertida ya en
el sendero PR-M-18, llegamos al Puente del Frances pero seguimos por unas
escaleras talladas en la ladera del monte que salen a la izquierda del camino y
que nos llevan hacia la zona de Los Chorros, primero cruzaremos hacia la otra
vertiente por el Puente del Reten, unas estructuras de madera entre las rocas
que se restauraron con buen acierto y que ahora disponen de barandillas, después
de cruzar y hacer las fotos correspondientes seguimos por el sendero en dirección
oeste, ya cerca de los Chorros hay que salirse del sendero y acercarse por encima de las piedras para tener
la mejor panorámica de las caídas de agua que bajan espectaculares, con una
fuerza y un ruido dignos de resaltar, otras pocas fotos y videos y continuamos
siguiendo el curso del rio, ya por estas alturas vamos pisando algo de nieve,
nuestro siguiente objetivo es el Puente de los Manchegos pero encontramos una
dificultad a nuestro paso, el sendero cruza por el cauce del Arroyo del Berzoso
que baja de la zona de Cabezas de Hierro, el cruce aquí es imposible debido al
gran caudal y a la velocidad con que baja el arroyo, antes de darnos por
vencidos y volver por nuestros pasos decidimos ir remontando el arroyo y buscar
algún sitio para cruzar, un poco mas arriba entre la maleza lo conseguimos y
pudimos continuar hasta el Puente de los Manchegos.
Cruzamos
hacia la otra vertiente y por buena pista aunque inundada nos dirigimos hacia
el Collado de los Pastores, aquí encontramos un estupendo mirador con paneles
explicativos en cuatro direcciones, las vistas en 360º son impresionantes,
aprovechando unos buenos rayos de sol y buscando resguardo del viento nos
quedamos aquí a comer, después del descanso comenzamos la vuelta por la pista,
que va descendiendo por la ladera en amplias zetas, aunque existen escondidos
senderos por la zona de la Umbria de la Garganta para acortar la distancia
haciendo algunos atajos para llegar hasta el aparcamiento.