Sábado 10 de Junio de 2023
Descripción de la ruta:
Nos dirigimos desde Piedralaves por la carretera que
asciende por la Garganta Nuño Cojo, a la Presa del Horcajo o de Piedralaves, donde arrancaremos esta circular
para recorrer la Loma de Lanchamala, dejamos el coche al lado de la presa,
donde hay hueco para unos pocos coches, comenzamos atravesando la presa, una vez en el otro extremo vemos un cartel indicativo de la ruta del Portacho de
las Serradillas, justo por detrás hay un sendero que asciende de forma brusca
por la ladera Este del Cerro Sarnosa, atravesamos un denso y bonito bosque con
inmensos pinos y robles, además con la mañana brumosa que tenemos, le da un
aire misterioso al paisaje. Pronto llegamos a una ancha pista forestal que
atravesaremos para seguir ascendiendo por la ladera, dejaremos a nuestra
izquierda un pequeño corral con una choza, típica del pastoreo, un poco más
arriba llegamos a uno de los tantos arroyuelos que descienden de las zonas
altas, con una pequeña fuente, continuamos hasta la inmensa pradera de la Sarnosa, en esta época un bonito prado verde que se nos pierde en la vista.
En la pradera de la Sarnosa, daremos un giro
hacia la derecha para ascender hacia
el Cerrillo del Enebro, al que rodeamos por la izquierda para colocarnos en el otro extremo, el
Collado del mismo nombre, ahora iremos dirección Norte por las laderas de la
Mesa de la Serradilla adquiriendo altura poco a poco hasta alcanzar por su
parte alta la Garganta de la Serradilla, entre tanto en este sendero encontraremos varios vivac realizados en
rocas y sobre rocas y la fuente natural del Cimón Viejo, en esta época el agua
chorrea por todas partes,
Por la garganta desciende un buen caudal de agua
proveniente de las praderas
de las Serradillas, nos entretenemos un rato en vadear
las zonas más atractivas de la garganta para finalmente llegar a las praderas,
verdes y luminosas, aquí el ganado debe estar en el paraíso, con agua y buenos
pastos donde alimentarse. Desde aquí al Portacho de las Serradillas es un
suspiro, al alcanzarlo tendréis un cartel indicativo y una cancela separatoria
de los términos municipales de Piedralaves (vertiente del Tietar) y Burgohondo
(vertiente del Alberche), hasta este punto el sendero está muy bien definido,
al principio con estacas de colores, después con marcas rojas, y un poco más
adelante con marcas verdes, además de mojones, por lo que incluso sin GPS se
podría llegar a este punto.
Desde el Portacho de las Serradillas, hasta el Alto de las Serradillas o Pico Rubiera, transcurre entre
matorral bajo y algún que otro mojón no fácil de encontrar, pero lo que sí está
claro es hacia donde ascender y lo hacemos por donde menos espesos los piornos
vemos, en unos 500 m alcanzaremos Las Serradillas o La Rubiera, punto más alto de todo el cordal y
última cumbre del sector Oriental de Gredos que supera los 2.000 m de altitud,
con sus 2.002 m y sin vértice geodésico oficial, desde este punto ya tenemos a
la vista el pico oficial de esta cuerda el Lanchamala, por lo tanto tampoco es
necesaria ninguna señal indicativa para alcanzarlo, fácil y por donde mejor os
parezca.
Ya en la cumbre, encima de unas piedras, el vértice geodésico parece que está
en precario equilibrio, el viento aquí es más fuerte y las nubes pasan a buena
velocidad, ocultando las vistosas vistas del cordal y de los valles, tanto del Alberche
como del Tietar.
. Retomamos la marcha y seguimos por el cordal hacia
el Este dirección al Puerto de Navaluenga, el cordal es un poco tortuoso su
recorrido, aun siendo matorral bajo, entremezclados el piornal, el cambrión y
los enebros rastreros apenas dejan lugar para ningún sendero pateable
fácilmente, alcanzamos como podemos y superamos por su cara Sur La Errencilla, seguimos y de mucho en mucho algún
mojón parece indicar que seguimos por el cordal pero el mojón da igual ir por él,
que por la derecha que por la izquierda, no hay sendero definido, avanzamos y
cruzamos el Llano de la Plata, todavía nos queda casi 1 km para el Puerto de Navaluenga y el recorrido
prácticamente igual.
Una vez en el puerto ya vemos la otra vertiente y el
sendero de bajada hasta el Collado del Pozo, antes de emprender la bajada
buscamos el refugio de unas piedras y paramos para comer sin que nos moleste el
viento que sube por la ladera, después del almuerzo y el rato de descanso
comenzamos la bajada, estrecho y pedregoso sendero que nos lleva hasta el
collado, una bonita pradera verde y un pozo de nieve restaurado es lo que
podemos ver aquí.
Desde el collado, casi literalmente nos tiramos por la Garganta Matavacas hacia
abajo, penoso recorrido entre piedras, arboles y arbustos, a veces siguiendo
hitos, otras veces siguiendo intuición, el agua corre por todos lados, hay que
poner especial atención con las piedras mojadas en las bajadas, al final el
terreno se nivela un poco y enseguida llegamos a la pista que nos conduce hacia
el embalse, lo rodeamos por la izquierda y llegamos al aparcamiento para
terminar esta exigente ruta con un desnivel de unos 1100 metros